jueves, 7 de octubre de 2010

juan y yaig


El término automóvil (del idioma griego auto, y del latin movil "que se mueve") se refiere principalmente a un vehículo autopropulsado por un motor propio y destinado al transporte terrestre de personas o mercancías sin necesidad de carriles.[1]
Aunque el término automóvil es utilizado por antonomasia para referirse a los automóviles de turismo,[1] existen otros tipos de automóviles, como camiones, autobuses,[2] furgonetas,[3] motocicletas,[4] motocarros o cuatriciclos.
En España, el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Vehículos, define 'automóvil' en el anexo II como «vehículo de motor que sirve, normalmente, para el transporte de personas o mercancías, o de ambas a la vez, o para la tracción de otros vehículos con aquel fin. Se excluyen de esta definición los vehículos especiales». Asimismo, en dicho Real Decreto se define 'vehículo de motor' como «vehículo provisto de motor para su propulsión. Se excluyen de esta definición los ciclomotores, los tranvías y los vehículos para personas de movilidad reducida».[5






Un automóvil tiene varias ruedas con neumáticos y capacidad de al menos una plaza para el conductor. Algunas ruedas, normalmente las delanteras, (pueden ser las traseras como en un dumper) pueden cambiar su orientación hacia los lados para permitir giros y tomar curvas, accionadas por el conductor mediante un volante.




 


otor eléctrico: se utilizan baterías que admiten varios ciclos de carga y descarga. Durante la descarga, la energía interna de los reactivos es transformada parcialmente en energía eléctrica. Este proceso se realiza mediante una reacción electroquímica de reducción-oxidación, dando lugar a la oxidación en el terminal negativo, que actúa como ánodo, y la reducción en el terminal positivo, que actúa como cátodo. La energía eléctrica obtenida es transformada por el motor eléctrico en energía mecánica

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